Saturday, November 11, 2006

llegada

por fin de vuelta, con una vida algo cambiada pero a las finales son decisiones.
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La hambruna de los latidos descansan sobre tu aliento perfumado en Whisky, desalojando la atestada saliva que corrompe en barro la palabra dibujada en las bocas de los que aun saborean el silencio acuartelado entre sus dientes.
Un eco a partir de cada voz amordazada quebraja el segundo en una caravana astillada, aguardando por un difunto que encaje en un sarcófago emplumado.
La hambruna de los latidos se disfraza en la rudeza de las tripas, piel tatuada, y ojos rojos.