Texto sacado desde aquella fría noche bajo el unico techo... las estrellas*
Tripas roñosas, acomodándose en la certeza de la incertidumbre,
Gestando el sacrificio en plena ronda de media noche
Quizás mas... quizás, aquella hora de eyaculaciones podridas de silencio
Silencio remontando en la estática de lo sujeto a lo ajeno:
“¡¡ Ingrese código, o, váyase al espeluzado ombligo del carajo!!”
el pasto húmedo
bancas orinadas
calles de fauces dilatadas.
Una justa e injusta apuñalada
Sería necesaria y justa
Para el descalabréo agudo de un despertador,
Desvaneciendo este escenario sobre mi lecho.
Esta lucidez me convence,
Que no hay despertador,
Lecho,
Ni conciencia de precisión de hora.
Citando a espasmos “Mi bohemia"
Y “las fiestas del hambre” de mi amigo Rimbaud.