arremango un puñado de palabras para lamer el pescueso de un moribundo sentimiento eyaculando en el borde de mi lengua, y dejarlo caer sin mas esperanza...
parto mis manos en madrugadas apelmasadas de niebla humeda, inyectada hasta los huesos descalcificados de este conjunto de no se que...
trato...
muerdo...
aullo sobre el tejado los maleficios a los malditos...
y el silencio golpea de un garrotaso mi nuca...