ASI ES
Soy la sal que hierve en el agua del espanto, quemando la piel pálida, Mientras vivo robándole segundos a la vida, hasta violarla como un desgraciado, Sientiendome infeliz, mordisqueando la manzana roja y escupiendo los gajos, cuajados, Agusanados, en saliva ensangrentada, amargamente hiel, peligrando en el vértice de cada palabra tatuada en dolores, sedada por aquella. |