En la impenetrable soledad
Derramada sobre los días
Como instrumento de réquiem
Fue cayendo con un desierto en los ojos
Sellando con aguja e hilo
Sus labios partidos.
Con una mirada muda
Suelta sus últimos suspiros
Perdiéndose junto
A la imagen proyectada por sus delirios
De aquella que lo esperaEn él después del todo.
Revolotea querida
Sobre mi nuca
En todas esas noches dilatadas
Bajando la seda "lutiana"
Sobre el polvo
Que baña féretros
Y vientres divinos.
Y la belleza rodó por sus labios
Bajó juguetona por su cuello
Lanzándose sobre el pecho
Surcando en bajado su piel
Acariciando su abdomen tenso
Besando sus muslos
En un deseo salto desde los dedos de los pies
Cubriendo la tierra húmeda
Cuya fragancia bañaba los suspiros.
Y de un suspiro se entregó
Con los palpitares candentes
Entre sus manos de pétalo pálido
Besando la sien arrugada
De aquel que se enamora
Del polvo sobre sacos
De las puertas al final de un pasillo sombrío
Y del soneto en silencio de la soledad.
| Tratare de ser lo más consecuente con todo lo que sucedió, no un día cualquiera ya que todos son diferentes. Un acto se llevaba a cabo con gente muy heterogéna a una simple lanzada de mirada. Muchos colores tras el lente de mi cámara fotográfica, que captaba momentos para inmortalizarlos en un papel, esa, era mi labor en todo este acto en una escuela celebrando algo bajo los cabellos dorados del sol. Saludé a María Teresa y a Evelin, el flash disparaba en los precisos momentos cuando la banda de guerra desfilaba a bombo caja y trompetadas, erizando los bellos de la disciplina y levantando el polvo de un camino abrasado por el pasto. Se honraban con la presencia de uniformados y otras autoridades casi desconocidas. Fue luego de toda esta parafernalia de recibimiento, cuando unos ojos sombríos hablaban de soledad y tristeza. Era Panchita, una niña que apenas sus pies comenzaban a sostener su pequeño cuerpo adornado por un vestido oscuro, y el cabello duenzado despejaba su rostro pálido en sequía, contrastado violentamente con sus negros ojos, que me observaban desde abajo con una curiosidad tan pura que desnudaba su alma. Se magnetizaron nuestros ojos, no sonreía Panchita solo ahogaba mi retina en el mar negro de su pupila. Lentamente llevé mi cámara entre mis manos para enfocar aquel sentimiento que aullaba mudo a través de ella. Cuando regulaba el lente la sorpresa me golpeó al escuchar su delicada voz navegando sobre un fino hilo: "Siempre es lo mismo, he servido para los demás desde las sombras, se han llevado parte de mí para saciar sus sedes... estoy ya en ellos". Mis ojos se abrieron agolpándose desde un sueño sobre mi lecho tomé un cuaderno e inmortalizè lo sucedido. |
Son las seis de la mañana y las sabanas las siento cada día más pesadas,
la almohada me toma del cabello
o lo que hay de el, ya que cuando puedo lo recorto,
Por la ventana la oscuridad sigue rondando,
y el sol lucha por aferrarse entre esas montañas de halla lejos
Para asomarse en su esplendor que me abofetea.
Los ojos ya con telarañas me nublan el panorama de mi cueva
Evitando por unos minutos la luz.
Decido, si tomar un café para luego bañarme
O bañarme, para luego tomar café,
Lo ideal sería hacer las dos cosas al mismo tiempo
Pero "decisión", ya parece canapé.
Iré por la ducha, re-despertare entre los aguijones de agua vendida
Me despojare de ella me disfrazo con pantalones plomo y camisa blanca
Una cucharada bien, bien cabrona de café en un agua ya hervida.
El cigarrillo se incinera entre humo y ceniza
Leo la cajetilla dice " el puede producir cáncer... "
pienso que podría o pierdo la vida cada mañana
y asumo consecuencias.
Me abro paso entre la lluvia
Que desciende en un bombardeo ostigante
Destajando las pieles desnudas
De los que lloran
Sumergidos en el temor
De ver a doña muerte
Sentada en la mesa del té
Fumando un cigarrillo
Observando el reloj de bolsillo
Ella sonríe bien coqueta
Y les susurra al oído.
Delirando sobre un lecho
La fiebre trazaba
Duendes y lloronas en la habitación pálida
Donde yo, bomitando y tosiendo mariposas negras
Empuñaba mis manos ensangrentadas
Mientras que las estrellas
Resfalandose caían al piso de mi cueva.
La seducción de una mujer
Florecía en la ausencia de su capucha negra
Por mis manos desnudada
No alcanzó a pronunciar un "Té Amo"
Cuando su voz huyó en un gemido despiadado
Destrozando lagrima alguna
Sobre los azulejos de un templo condenado.
Querida
La cruz tallada se nos vino encima.
quemó el antiguo y olvidado hotel
asaltó por montones
robó autos
inserto mas de un punsón en la piel de otro
robó mas de un auto
fumó mas que marihuana
arrebató mas de 50 lucas
me produjo mas que un dolor de cabeza
un dolor que se agolpó en mi corazon, ese es mi hermanito
por si no lo conocen, es igual a mi, solo que un poco mas arrebatado,
y hoy se le ha encerrado como un animal, privandolo de disernir
donde ocupar con su cuerpo el espacio que el estime conveniente.
¿quien es culpable?
2 inconsientes que se casaron bajo la cruz
para luego con golpes e injurias
se arrancaran de sus propios hijos
uno al norte
otro al sur
los dos se olvidaron de sus obras imperfectas (nosotros)
los dos volbieron a formar otra mal familia
los dos cargaran con la maldicion de los ods hermanos
los dos cargaran con la ira de los dos palomos...
hermano confía en ti, enterrasre en las tumbas ya a los ogros
yo al igual que tu los he enterrado en un cementerio.
descuida que un día aremos las nuestras.
