El viaje

Después de oscilar en mis silencios, sin paraguas en pleno invierno de decisiones, sin tener que marcharme, tomé asiento en el terminal de buses. Entre los bolsos, conversaciones, mujeres arrastrando bolsos con pequeñas ruedas... Para impregnarme con el tema de "el viaje". .. Recuerdo que hace un año un profesor de castellano nos pidió un ensayo sobre este tema. Me explayé plasmando y tipeando sobre el conocimiento adquirido en un lugar emocional. El ir de paseo a otra ciudad, para cambiar el panorama típico rutinario que se nos estrella cada día en nuestros rostros. Aprender de lo vivido, de lo nuevo, cambiar la monotonía... Pues ahora le agrego: El poner un pie fuera del cuadrado, para desintoxicarse, atreverse a tomar las maletas y una mochila de conocimientos, de buenas y malas jugadas. Nunca perdemos, aunque las cosas resulten accidentadas, de todo tenemos algo que ganar y lanzarnos al camino sujetando las riendas. ¿Quién está a mi lado? Creo saber esa respuesta. Después de todo, de mis expulsiones de los colegios del norte, de mi tacañismo, del hambre en Iquique, de los mas de 8 colegios que fueron visitados por mi aureola, la casa de Rosende desvalijada de recuerdos, de mi insistencia en volver a realizar segundo medio, el haber tenido falta de visión en Esilan: "desenfocado"(como decía Carola), de ver ahí, quienes estaban ahí y ni sus ecos sacudían mi indiferencia, a pesar de todo eso y no se cuantas brutalidades más, He ganado incondicionales presencias: un marciano, despotricando la tristeza de nuestra jauría con su desquiciado humor. Zavala con quien si nos observamos somos casi un vivo reflejo el uno del otro. Guardamos un demonio en nuestra calma silenciosa, y somos incapaces de mal jugarnos. Y Carola, humectando mi alma con la tonada de su existencia repercutiendo con ternura y belleza en mis latidos. He ganado experiencia cosas como "querer es poder", que en vez de ir como un sabihondo de cabeza embutido en los estudios que en vez de ir como un fracaso a lo que baraje las olas de las turbias olas puedo ir entremedio, jugando, observando, aprendiendo, y abrirme a lo que llamo.

De Huechuraba a Puente alto

La radio destella cumbieramenrte en esta lata amarilla de sardina numero 427, chillando a cada frenada con un agudo filo cortando a tajos el sueño merecido de los trabajadores dormitando con el tremolar del vidrio bajo sus rostros agotados. Uno que otro simulador cantante, desentona el bramido del motor a petróleo. Instalado estoy en las escalas de bajada, acuchillado por el frío presionado a través de la rendija de la puerta averiada. Luces, parejas, perros y Palomas, se dibujan por el cristal y se marchan al instante. Comienza ya a rebalsares esta lata de abultadas mochilas de mesclilla, cacerolas y una que otra herramienta en sus interiores. Esos extraños rostros descompensados evitándose las miradas con miradas de "puta madre". Lanzando desde mi asiento escalera una mirada a las nucas que sobresalen con la frente baja, aquellos cansados hombres que caen tentados por el cansancio,.... Y un suacate que comienza la hora del zoológico... silbidos, gritos y zapateos "yapo gueonò" se le caen desde las bocas, las mismísimas que comen pan... mmm... no dormiré devuelta a casa.

MAULLABAS EN MI OIDO

Besos que juguetean a encontrarse, explotando en gemidos que desencadenan las respiraciones agitadas, flotando sobre el lecho testigo de nuestro comulgar. Tus ojos se desatan enredando a los míos en calma Mientras nuestros cuerpos desnudos se trenzan en caricias, Ahogándome en tu mirada de marea escurriéndose en el hilo de voz, pintando la ternura del acto. Te miro... desprendiendo mi suspiro en la percusión que se desborda de mi pecho desnudo sobre tus pechos descubiertos.

"Maullabas a mi oido, adormeciendo los temores, mientras nos hacíamos uno" Desembocan mis emociones sin temor ni coartadas, a tus manos.

3:53 AM

Me desfiguro moldeando mi desnudez Enmascarada grotescamente, Siendo azotada por el insosegable eco del tic- tac gritado al oído. Que alguien me embriague, olvidado en los cubos de basura en cada esquina, La sensibilidad, Dejar que caiga de mi bolsillo en casualidad premeditada. Figurar las apariciones contorneadas, en transitorias manos enajenadas, En golpes de flash estancando miradas desde el hueso erosionado por y en invierno. Llorar, en eterno pálido silencio, "Shhh..." 3:30 de la madrugada mis manos tremolan: En mis ojos posan lagrimas turisteando Tremolan en la pendiente, apunto de ser gotera indeseable Cascada de remordimiento.